Esta semana nos hemos ido de punta a punta en muy buena compañía, con los alumnos de Rocío Pérez Reija que imparte un curso en la CEL de Lugo. Las rutas han sido organizadas por Nadia de Mandala Aventura, que ha estado pendiente de todos los detalles hasta el último momento.
Comenzamos en Lugo, en la ciudad de la mayoría de los alumn@s. Se trataba que se pusiesen en el papel de unos turistas, y la verdad es que lo hicieron. Demostraron tal interés y atención, que daba la impresión de que visitaban la ciudad por primera vez. Vamos, que bordaron el papel. Pero no sólo eso, además es un grupo muy participativo por lo que la visita resultó de lo más dinámica. Pocos, pero muy diferentes, que no dudan en exponer sus distintos puntos de vista sobre los más variados temas siempre de forma divertida y cordial. Hay que decir que Rocío es una buena moderadora…
Y de Lugo qué podemos decir? Nos encanta, por lo que vemos, por lo que no vemos pero nos imaginamos que hay, por su gente, por su gastronomía… Pero no será la última vez que hablemos de esta ciudad, todo llegará.
Y de Lugo a Vigo. Ellos ya habían llegado a la ciudad por la mañana. Venían de visitar y comer en un trasatlántico, nos dieron un poco de envidia…
Y por la tarde, visita de Vigo, la ciudad que ha pasado de ser una pequeña aldea (vicus) a la más grande ciudad gallega en tiempo récord. O no???? Y es que cuando hablamos del pasado las afirmaciones nunca pueden ser categóricas. Y si no fue Vicus Spacorum y sí Búrbida?? Os dejamos un enlace muy interesante sobre el tema sobre la teoría del investigador Manuel Santos. A nosotros las explicaciones nos convencen, y además nos gustan. Igual que los hallazgos de los últimos años en Lugo nos dan una idea de su importancia en la época romana (mucha más de la que se pensaba), esperamos que en Vigo suceda lo mismo. Que coincidiesen las dos visitas ha sido casualidad, pero nos agrada este vínculo que une a estas dos importantes ciudades gallegas. Lucus ya arde, esperamos que algún día arda Burbida.
Un investigador del CSIC revela que el Vigo romano no era Vicus sino Burbida