De todas las fiestas que hay en Galicia, una que nos gusta y emociona especialmente es la del Carmen. Y es que además de todas las Carmiñas, Carmelas y Carmencitas que nos tocan muy de cerca, que las procesiones sean marítimas la hacen muy especial.
Este año hemos vivido ya el Carmen dos veces, la primera un poco al vuelo, en Burela, donde lo adelantan para hacer la ofrenda a la Virgen antes de que empiece la campaña bonitera. Las alfombras florales espectaculares, eso sí, lamentamos no tener testimonio gráfico 🙁 , pero como ya dijimos, fue un poco al vuelo, y a veces trabajo y sesión de fotos no son compatibles.
Y la segunda, el propio día 16 en Cabo de Cruz. Hemos tenido la suerte de que nos llevaran en un barco mejillonero, porque sintiéndolo mucho por los Onassis y Jacquelines que surcaban la ría en sus embarcaciones de recreo, para vivir el Carmen hay que ir en un barco de pesca.
Es una maravilla la maestría con la que van abandonando el puerto siguiendo al privilegiado que porta la imagen de la Virgen en coreografía improvisada al son de las bocinas. Los colores de los barcos engalanados con las también multicolores banderitas alegran hasta una mañana de niebla como la que ha tocado esta vez.
La emoción al ir pasando por las diferentes aldeas que saludan a la procesión con las bombas de palenque…Y ya el momento cumbre, la ofrenda de flores al mar.
En fin, reconocemos que nos hemos puesto un poco (bastante) cursis y pastelosos, pero ir a una procesión del Carmen, soltar unas lagrimitas y ponernos tontorrones es todo una.
Pero ya recuperando la compostura, hay que decir que este año en Cabo de Cruz se lo han currado mucho. Y es que han sido elegidos para la celebración del XIIº Encuentro de Embarcaciones Tradicionales y unas dos semanas antes ya estaban trabajando en el evento decorando todo el pueblo con dornas, nasas, raños, redes… Por desgracia no pudimos disfrutar todos los días de las diferentes actividades que allí se realizaron (charlas, conciertos, «papeos» varios…), pero por lo menos pudimos visitar la exposición, que era de lo más interesante, y los diferentes barcos que desde Croacia a Portugal, vinieron al evento. Dornas varias, gamelas, botes, galeones, bateles, un calime, un ketch,… mejor que veáis la lista de inscritos con fotos pinchando aquí. Destacamos dos, no por mejores ni peores, simplemente desde el cariño de conocer a sus propietarios, el precioso racú Laberco de Gerardo Triñanes (presidente del Comité Organizador), y por supuesto, por aquí andaba Isidro con su ya famoso y televisivo Chasula.
Pero no sólo hay barcos en la costa, por eso también estaban presentes barcas fluviales como este «batuxo» de la Ribeira Sacra.
Y claro, como no hay dos sin tres, aún tenemos pendiente en Pobra do Caramiñal el Carmen dos Pincheiros, y es que ya lo decía los Chunguitos cuando afortunadamente sólo abrían la boca para cantar: Carmen, Carmen, Caaarmen,…